viernes, 28 de agosto de 2009

Coronel



Una de las canciones más bonitas que conozco.

martes, 25 de agosto de 2009

Cambio

Sí, este es el momento de la vida en el que las cosas cambian, y nunca sabes si para mejor o peor, si se estropeará todo, o lo que has guardado durante tanto tiempo quedará intacto y sabrás que era de verdad.
Sí, ahora es cuando la vida te obliga a partir, a vivir en otro lugar, en otras circunstancias y en otro mundo; ahora es cuando emprendes tu solo el camino que has decidido, y debes superar los miedos que te machacan por ello.
Es momento de madurar de golpe, de aprender de la vida, de lo injusta o divertida que puede ser, y disfrutar lo que puedas.
18 años es muy poco, pero es lo suficiente como para saber que aunque me vaya, mi sitio es este, mi gente está aqui, y aqui voy a volver, como todo lo que existe vuelve a su lugar de origen.
Buenas noches

jueves, 16 de abril de 2009

Otro año más

Se nos fue, otro año más.
Aqui estamos, otro Domingo de Resurrección despidiendo los días grandes de la ciudad.
Cumplimos otro año, viendo subir al Nazareno por el Pizarro, callando ante los monjes del Espíritu Santo, sintiendonos más humildes al paso del Cristo de Luz y Vida, y sobre todo, callando refugiados en el calor de la pasión, y en las notas de la muerte.
Asistimos al riego para ver cómo Jesus caía por tercera vez, y en silencio y sin hacer ruido, escuchamos a Cristo en modo de plegaria, en intenso agudo, en el canto del "Jerusalem".
Otro año más el nazareno del dolor bajó con los suyos, y rezamos las siete palabras a modo de toque de tambor, tambor que rogaba plegarias, y nos recogía en el frio de la noche.
Zamora se hizo muda un miercoles santo, mientras la ciudad se llenaba de rojo pasión y sólo el cristo de las Injurias se acercaba lento, por la rúa, intensificando su dolor, y nuestro propio dolor. Mientras el bombardino sonaba a recogimiento, el miserere alistano se alzaba hacia el cielo, sonando castellanamente, a nuestra manera.
El jueves nos levantamos pronto para ver pasar el verde que camina hacia la esperanza, que nos llena de estrellas con su manto, y que nos aflige ante su mirada, triste, dolorosa, la de una madre que espera impaciente el milagro.
La tarde del jueves santo se vistió como cada año de morado intenso, y las notas de Mater Mea, La Saeta, o La Cruz, volvían a llevar a Zamora a revivir escenas cúlmenes como la oracion en el huerto, el prendimiento, la flagelación o la sentencia. Veíamos a Cristo humillado, burlado y apaleado ante los ojos de la población castellana, que atónita, solo agachaba la cabeza y sentía las llagas del dolor.
Y sale a la calle cristo Yacente, entre el dolor y la muerte, entre la lluvia y el sol, pero el canto del Miserere pudo con la lluvia, y las potentes voces llenaron Viriato de silencio, dolor y belleza.
La madrugada del jueves-viernes santo estuvo pasada por agua, y Jesus Nazareno no salió a la calle, para la pena de 5.000 cofrades y una ciudad que esperaba Sopas de ajo a media mañana y resaca unas horas despues.
Otro año más, el cielo lloraba la muerte de cristo, y el santo entierro no se pudo llevar a cabo.
Pero nuestra madre, la de todos los que creemos en ella y en esa cara de niña, venció los aguaceros y salió a compartir su angustia con toda Zamora, que la miraba y acompañaba en su dolor. Incluso oimos unas lejanas notas de la Marcha Fúnebre de Thalberg como recuerdo de la mañana anterior.
El sábado santo se vistió de pobre, de negro, con atuendo de monja, con su manto.
La soledad salía de San Juan para que todos pudieramos verla. Para que sus finas lágrimas y sus manos entrelazadas nos guardaran el alma y nos sintiéramos solos con ella, para que Zamora se postrara a sus pies y su paso nos guiara hacia la luz.
Y otro año más resucitó, como siempre desde la Horta, y a ritmo de flauta y tamboril, haciendo de una procesión, la primera romería del año.
Así acaba esta semana santa, Zamora vuelve a su soledad, a su misterio, a su silencio, y el barullo de los dias de pasión se aleje otro año más, ya quedan los trajes y túnicas guardados en el armario, y los sentimientos sólo podemos hacerlos palabras. Otro año más acabó, y ya sólo nos queda esperar hasta el año que viene.

jueves, 2 de abril de 2009

Semana Santa 2009

Y volvemos, como cada año a encontrarnos con el ya consagrado "jueves de traslado".
Sin duda el día mas esperado del año por los zamoranos de verdad, los que aman cada rincón de esta bella ciudad románica y los que tachan dia a dia el calendario esperándo encontrar pronto un Marzo-Abril.
Ya ha pasado más de un año desde que metimos por última vez al Resucitado en la Horta, desde que comimos con desgana el dos y pingada mientras nuestras caras lucían ya una nostalgia por los días que acababan de pasar.
Pero el tiempo vuela, y cuando encontramos los primeros despuntes del sol del año, las primeras margaritas y los primeros estornudos, nos volvemos a encontrar con el Mozo, un año más, sin faltar nadie a la cita.
Nadie falta al Pizarro, a comprar las primeras bolsas de pipas, y a sentir algo en el interior que produce una felicidad solo sentida por los zamoranos cada Semana Santa.
Volvemos a oir por la calle los comentarios de los cambios de este año, volvemos a pronosticar el tiempo y mirar al cielo por ver si este año nos da una tregua.
Otro año más, la semana santa es un hecho, los estandartes de las cofradias ya están colocados en el Ayuntamiento, y las aceitadas puestas en el cajón de las galletas.
Ya escuchamos lejanamente a cierto representante semasantero, como es el Barandales y vemos cómo asoma fatigado nuestro mozo vecino por el puente de piedra, que tantas procesiones ha visto.
Despues de un año, las cosas vuelven al sitio de siempre, y aunque tu vida tenga ciertas dificultades, el dia que ves al mozo subir con la cruz a cuestas por el Pizarro, sientes que todo va bien.
Hoy la ciudad se llena de turistas, de cámaras, de sonidos, de sabores, Zamora se impregna de austeridad, de recogimiento, de belleza, de angustia, de dolor, de muerte.
En definitiva, Zamora hoy, se llena de Pasión.
Bienvenidos, a la Semana Santa de 2009.

Manuel

miércoles, 14 de enero de 2009

Ribadelago: 50 años despues.

Era una noche de Enero, una noche de invierno sanabrés. El frio helaba la sangre, y las mantas se apilaban para que las gentes de dicha comarca pudieran conciliar el sueño.
No se veia nadie, no se oia nada, tan solo el viento congelado que rodeaba el pueblo daba presencia de vida, y hacía presagiar el feroz monstruo que se acercaba arrasante.
Era algo mas de media noche de un 9 de Enero de 1959, y Ribadelago, un pequeño emplazamento zamorano a orillas del lago de Sanabria soñaba sin saber que aquella seria la peor de las noches de sus vidas, la noche de la tragedia.
La presa de Vega de Tera nunca tuvo contentos a los vecinos de la localidad, algunos de ellos trabajadores en su construcción y los rumores sobre su mal estado eran evidentes.
Cuando la presa llegó a su límite, la gran fuerza del agua rompió aquel muro y dejó escapar todo el agua contenida, que siguiendo su camino hacia el lago de Sanabria fue a encontrarse con el pueblo que dormía bajo el frio.
Cuando el agua, que llevaba consigo grandes troncos de árboles, ramas, barro, y todo lo que encontraba a su paso, llamó a las puertas de los vecinos, pocos tuvieron tiempo para refugiarse y salvaguardar su vida, siendo arrastrados junto con sus casas rio abajo. Las personas que antes de que el agua llegara a llevarse sus vidas escucharon cómo venía y pudieron subirse a lo alto de las casas, veían cómo sus familias, y con ellas sus vidas, marchaban al fondo del lago para no encontrarlas jamás.
Gritos de desesperación inundaban más fuerte el pueblo que todo el agua que pasó en unos minutos, y debido a la riada, el pueblo lo perdió todo.
Era una noche de Enero, y Ribadelago había muerto a toque de campana, el toque del juicio final.
Hace escasos dias, mi abuelo, un humilde camionero, me relataba con melancolía que aquel día su camión fue el primero en entrar en el pueblo con ayuda, y que aquella estampa desoladora es imposible de olvidar.
Mucha fue la ayuda que llegó a Ribadelago, aunque fue mucha más la que se perdió.La tragedia rodeó el mundo y tristemente, el pequeño pueblo de la provincia de Zamora, se hacía famoso.
Se disputaron partidos de futbol, corridas de toros, y otros espectáculos para recaudar lo posible para el pueblo.
Sin embargo la justicia nunca se hizo realidad, y los pagos no llegaron, y los culpables de la rotura de la presa quedaron libres.
Franco, el dictador que gobernaba España en el momento, había aceptado que la presa empezara a funcionar cuando se sabía que no estaba lista, que los materiales no habian sido adecuados, y ya algunos vaticinaban que eso traería un disgusto, y así fue.
Los causantes de aquella tragedia quedaron libres con cargos, y los pagos prometidos llegaron en una ínfima parte, en los casos en los que se pagaron.
La villa fue reconstruida al estilo andaluz en un nuevo enclave denominado "Ribadelago de Franco", hoy "Ribadelago nuevo".
144 personas fallecieron aquella noche, y solo 28 cuerpos se recuperaron.
El lago de Sanabria guarda en silencio 116 cuerpos en sus entrañas, 116 historias truncadas un 9 de Enero. Es el lago del misterio, el monstruo que despertó aquella noche y hoy está tranquilo entre montañas.
Era una noche de Enero, y Ribadelago moría ahogado, sin que nadie pudiera remediarlo.
Era una noche de Enero, y el lago de Sanabria devoraba a Ribadelago que hoy calla en su interior para el resto de los dias.