viernes, 25 de noviembre de 2011

25N

25 N. Día contra la violencia hacia la mujer. ¿Hasta qué punto hemos llegado para acabar poniéndole un día a semejante barbarie?.
Y lo más triste, ¿cuántas mujeres han tenido que ser maltratadas o asesinadas a manos de su marido para que hayamos tenido que fijar una fecha en el calendario para homenajearlas?
Sigue siendo increíble que todo evolucione tan rápido, que nos asombremos de cómo cambian las cosas en este mundo loco, y a la vez retrocedamos tantísimo en un tema como la violencia de género. Cuando parecía que la revolución social llegaba, y el machismo y la opresión de la mujer llegaba a su fin, se dispara algo tan macabro como el calvario de la supresión de la personalidad de una mujer a manos de su pareja, todo ello sin la más mínima queja, o reproche.
Mujeres que se arrinconan en el suelo de su habitación, esperando la paliza del día, o mujeres que llegan a creerse que son las culpables de todo lo que les rodea por un constante zumbido proveniente de un ser que solo quiere hacer sufrir, y ver suplicar.
Anulación de una vida entera, de tus amistades, de tu propia familia, y convertirse en una simple esclava que "solo sirve para fregar y llorar".
Muchas veces vemos en la televisión que otra mujer ha sido víctima de maltrato doméstico y volvemos a indignarnos con aquellos que hacen daño a su pareja, pero seguimos comiendo y volvemos a nuestras vidas. Pero lejos de todo eso, tenemos que pensar que no es un hecho aislado, o un puñetazo por equivocación; se trata de sufrir las 24 horas del día, de encogerse cada vez que escucha las llaves de casa abriendo la puerta, de morir por alguien que se siente tan inferior, que solo es capaz de expresarlo por acción física o psicológica contra ella y en el más puro secretismo que da el hogar.
Nunca me gustó la expresión "las cosas se barren para dentro de casa", pero en este caso es todavía más cruel, porque miles y miles de mujeres todavía no se atreven a abrir los ojos, a mirar a un futuro donde salgan de casa con la cabeza bien alta, a sentirse queridas y amadas, a valorarse como personas y ni como mascotas o platos de usar y tirar.
Es algo con lo que hay que terminar, desde la educación temprana y la sociedad justa.
¿Cuánto hay que gritar para que se oiga? ¿Cuántas lágrimas hay que derramar para que se escuche? ¿cuántas mujeres deben morir para que se condene?
Señores políticos, dejémonos de cháchara, y pongámonos a trabajar.
Para que este día en un futuro no sea celebrado, 25 de Noviembre, día contra la violencia hacia la mujer.

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