martes, 13 de mayo de 2008

Romeria a la hiniesta: la concha


Un año más, San Antolin se llenaba para acoger a nuestra patrona, a nuestra Concha.
Los romeros de pro, se congregaban alli a las 8 y media, para verla salir, y para oir el primer "la la, la la la, la la la..." entre gaitas, flautas, dulzainas, medallas, y sobre todo, emociones.
Como todos los años, la gente de siempre, los zamoranos puros, no faltábamos a la cita, ¡no íbamos a dejar sola a nuestra virgen romera!
Gritos, limonada, un poco de frio, y sobre todo, risas entre amigos, nos depararía el camino de ida.
A la llegada a la Hiniesta, como cada año, nos recibían con los brazos abiertos, con pequeños poemas recitadas por pequeños devotos, y la fiesta continuaba, entre bailes, guerras de agua, comidas, en fin, lo que es una romería zamorana.
A las 5, se iniciaba la vuelta a Zamora, y cantando canciones folclóricas, bailando, saltando, o corriendo, llegaríamos a Valderey, parada obligada a visitar al cristo de mismo nombre, donde haríamos las tipicas fotos, seguiríamos bailando unas jotas, merendaríamos, y seguiríamos, como siempre, pasandolo bien, que es de lo que se trata.
Ya en Valorio, con las alergrias a flor de piel, inventaríamos el baile para la concha (¡¡ojo!! solo bailable para ir con flauta y tamboril), que gustó a la gente, mas de lo que imaginamos, y con este aire de fiesta, entrabamos en la recta final, despues de visitar a su prima, la Concha volvía a su santa sede, donde uniendo voces y sentimientos, despues de bailar desfasadamente porque ya era el final, cantamos la salve, para rendirle un tributo, a la virgen de virgenes, a la patrona de la ciudad, a la señora de Zamora.
Un año más, se volvió a cumplir otro comienzo de Pentecostés, que aunque haya caido antes de lo normal, las ganas eran las mismas, la ilusión, hecha material colgada del cuello, volvía a florecer, volvíamos a la fiesta romera, a zamoranear, a saborear un poco la semana santa pasada, y aunque hoy estemos cansados y con agujetas, volveremos a repetir, volveremos a reir y a cantar, a saltar, a bailar, a disfrutar de una romería tan zamorana, que no podemos olvidarnos nunca de ella...y recuerden... 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 ... Cooooncha!

3 comentarios:

Lauri dijo...

¡¡Precioso post, Manu!!

Estuve estudiando todo el día, pero no falté a la cita, ¡nonono! A las 2 de la tarde estaba allí para echar unos bailes a la puerta del bar y comer con la cofradía (y tocar la dulzaina), y a las 5 me volví para Zamora, ¡pero cumplí!

Y por cierto, ¡habrá que ver ese baile! A lo mejor, con un poco de suerte, podemos cambiarlo por la polka del Escaño, ¡jijiji!

¡Besitos!

M@r@ dijo...

Wenooooooooooooooo
La verdad que todas las romerias de nuestra Virgen de la Concha tenemos algo nuevo si no es tu famosa peladilla,es mi Masho,Masho Masho....o si no el futuro baile famosos que ¡OJO¡Solo se puede bailar con flauta y tamboril....XDDDDD

Bss wapo¡¡¡¡¡¡Te quierooo

Ana Pedrero dijo...

Pues ole tu arte. Lo prometido es deuda. A ver si sumamos muchás más romerías, que os llevo unas cuantas de ventaja. ;-)
Eso nos da un respiro, porque cuando pasemos a fase tercera edad, sabremos que la cosa queda en muy buenas manos. Que no decaiga, Manu.
Ya nos echaremos alguna piecica.

Un beso.